SOBRE MI

Soy Númitor F. Hidalgo Palomino, nací en los andes centrales de Perú y me eduqué en el sur, donde los inkas, con el apoyo de todas las culturas, forjaron la capital de la civilización más maravillosa de la historia del continente, gracias a lo cual, ahora, el mundo disfruta de la tecnología andina para la preservación del medioambiente, porque los inkas fueron los mejores ecologistas del mundo y trataron con mucho respeto a la naturaleza terrena y al cosmos.


Occidente tardó cientos de años en reconocer y asimilar nuestra cultura, especialmente la alimentaria. Los científicos occidentales se tomaron su tiempo para descubrir que la mayoría de nuestros cultivos no son venenosos, por ejemplo el tomate.

Más de dos siglos tardaron en descubrir que el cacao no es veneno. Casi quinientos años tardó el mundo en reconocer que la quiwicha es el amaranto formidable hasta para los astronautas que van al espacio y aun permanece el mundo creyendo que la hoja de coca es tóxica para el ser humano cuando es más saludable qu el te o el café.

Somos los andinos del continente en un territorio hermoso divididos por fronteres jurídicas de una ciencia del derecho que ha nacido en Roma. Estas fronteres nos hacen pelear entre hermanos y la tierra se opone a esta división occidental.

Tenemos nuesros dioses y nuestros santos, pero también asimilamos a los dioses y santos occidentales porque somos de una cultura integracionista. Nos reconocemos como ciudadanos del mundo.

Nuestros ancestros no adoraron a la naturaleza como otras culturas. Nosotros teníamos gran respecto por la tierra que hasta la actualidad no actuamos en ella sin antes obtener su permiso.

Creemos en el espiritu de las cosas y que todo esta concatenado. Los hombres sólo somos un pequeño pero importante eslabón de la unidad universal.

Las Naciones Unidas, con la mejor de las intenciones ha dado normas y declaraciones en favor de nosotros y para ello nos llaman indígenas, autoctonos, originarios, etnicos, etc.

No requerimos normas especiales como lo requieren las jirafas, los elefantes, los leones y todas las especies endémicas del reino animal; sólo queremos las mismas leyes justas para todos los hombres.

Aspiramos a la satisfacción de las mismas necesidades básicas del Secretario General de las Naciones Unidas.

Es algo de lo que nosotros los andinos, somos, en el fondo tan igual que cualquier hombre del mundo, unidos por el mismo ADN mitocondrial.

En este espacio cibernético encontraran las cosas lindas del mundo, compatibles con la humanidad, con la paz, con la naturaleza y el cosmos.

Aquí hallarán la filososfia y la moral andina del culto al trabajo, (llankay) al conocimiento, (yachay), a la solidaridad (aynin) y al amor (munay).

Gracias amigos.

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